Originaria de la India, la cúrcuma ha sido utilizada durante siglos por sus beneficios, en la medicina tradicional y la gastronomía. Pero, ¿Cómo puedo tomarla?
Su característico color naranja proviene de la curcumina, ubicada en la raíz. Es el condimento de la longevidad, propio de la medicina oriental.
La cúrcuma es un poderoso antiinflamatorio natural que previene enfermedades como la artritis, diabetes, colitis, úlcerosa, dolores lumbares y hasta el cáncer, entre otros. Estudios publicados en la revista «BMC Complementary and Alternative Medicine» dan cuenta que la curcumina fue tan efectiva como el ibuprofeno para reducir el dolor y la inflamación gracias a su poder antioxidante e inmunomodulador en pacientes. Ha sido un suplemento popular debido a su asequibilidad y seguridad que no produce efectos secundarios tóxicos conocidos en humanos.
En pacientes de Alzheimer pueden mejorar la memoria, la función cognitiva y su estado de ánimo, además de proteger el cerebro del deterioro que produce esta enfermedad.
La cúrcuma, al ser un antioxidante que combate los radicales libres responsables del envejecimiento prematuro, ayuda a mantener la piel sana, reduce las arrugas y promueve la cicatrización.
La cúrcuma es un aderezo, es un condimento, una raíz natural y por ende su consumo puede ser en alimentos, para condimentar o hacer aguas aromáticas. Su presentación es en polvo generalmente y se puede utilizar todos los días en las comidas.
La recomendación de los expertos es consumir cúrcuma mínimo tres veces por semana para poder ver y disfrutar de los beneficios milenarios de esta planta, teniendo en cuenta que su sabor es delicioso y su color da vida a los alimentos, haciendo que se vean más agradables al consumo! ¡Sigue esta planta de cerca y consume esta raíz, tu salud te lo agradecerá!